El hambre dominicana, aliviada en un vertedero
- El basurero está ubicado en una zona donde habitan al menos 200.000 personas
Uno de los niños que trabaja en el basurero de Santiago. (Foto: EFE)
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Antonio Santana (EFE)
SANTIAGO (R.DOMINICANA).- Niños harapientos, muchos desnutridos y raquíticos, se disputan con los cerdos, los perros y las ratas, las migajas de los alimentos que se arrojan diariamente al vertedero de Santiago, en el norte de la República Dominicana.
Los pequeños, acompañados muchas veces de sus madres, escarban entre los desechos sólidos y el lodo para buscar comida que les sirva de subsistencia, así como metales y otros artículos que luego puedan vender.
El médico epidemiólogo Julio Collado Anico ha declarado que es "deprimente" ver a niños y adultos de los barrios pobres pelearse con los cerdos y los perros por las sobras de alimentos que van a parar allí. "Es penoso verlos. Esto es un retrato vivo del nivel de pobreza que afecta a muchos dominicanos, siendo los más perjudicados los niños y las mujeres", ha destacado el médico.
Arsenio Estévez Medina, otro médico que ha inspeccionado el vertedero de Rafey en Santiago, la segunda ciudad del país, ha asegurado que decenas de niños y adultos que viven en los barrios pobres cercanos enferman porque consumen los desperdicios alimenticios y se exponen diariamente a la contaminación.
Ha subrayado que muchos de ellos, principalmente niños pobres, han hecho del basurero municipal un medio de vida. "Pero no se dan cuenta de que eso les está matando lentamente", ha explicado.
Una nueva Esperanza
El facultativo ha asegurado que decenas de personas han sido hospitalizadas por afecciones respiratorias, fiebre, problemas gástricos y alteraciones en la piel.
María Rodríguez, del sector La Mosca, un barrio de Santiago ubicado en el mismo corazón del vertedero, rebusca diariamente entre escombros y desperdicios junto a sus cuatro hijos de tres, cuatro, cinco y ocho años.
"Soy una madre viuda y sin empleo, muchas veces no tengo dinero para comprar alimentos y vengo con mis hijos aquí, donde siempre aparece algo que mata el hambre", ha afirmado.
Dos trabajadoras sociales de la Fundación 'Niños por una Nueva Esperanza', que preside Pablo Ureña, trataron de convencer en vano a la mujer para que no les diera a sus hijos trozos de sardinas que encontró en varias latas.
Una forma de vida
Ureña ha afirmado que el basurero se ha convertido en una gran tragedia para los habitantes de los barrios que los circundan. Y es que a ese estercolero van a parar también los desechos de las clínicas y hospitales, que los menores manipulan, exponiéndose a contraer un sinnúmero de enfermedades.
Pero eso no es lo que piensan muchos de los pobladores de los más de 10 barrios pobres que están en el área de influencia del vertedero.
Para Ercilia María Burgos, madre de seis hijos, la mayor de 15 años, el basurero tiene doble filo. Sostiene que enviudó hace cinco años y que ha podido mantener vivos a sus hijos gracias a él.
"La contaminación nos está matando, es verdad, pero también los pobres estamos viviendo de muchas cosas buenas que los ricos tiran aquí creyendo que están malas".
El presidente de la Federación de Juntas de Vecinos de los barrios aledaños a vertedero, Cornelio Alcántara, ha pedido el traslado del vertedero, ya que está ubicado en una zona donde habitan al menos 200.000 personas.
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